Carne de cañón

El 9 de abril de 2020, en plena primera ola de la pandemia por Covid19, mi amigo José María Lloreda, pediatra neonatólogo de Jaén afincado en Murcia, escribía en su cuenta de Twitter la siguiente frase en relación a los sanitarios:

“Dejaréis de ser héroes cuando la gente no tenga miedo. Dejaréis de ser héroes cuando a los políticos les interese. Ahora sois carne de cañón, por eso os llaman héroes”.

Automáticamente aquella cita fue atribuida al director Stanley Kubrick en su película antibelicista “Senderos de Gloria”, ambientada en la primera Guerra Mundial, y en la que a un grupo de soldados, tras sufrir una angustiosa batalla en una misión suicida, son acusados de cobardía y enjuiciados en un consejo de guerra. Fueron curiosas las reacciones de los usuarios en las redes sociales, pues rápidamente se hizo viral y nadie se cuestionó que aquella expresión nunca fue expuesta en esa película1. Así funcionan los bulos. Pero más sorprendente aún fue la capacidad visionaria de José María, de ver la que se nos vendría encima a los sanitarios, en general, y a las enfermeras, en particular, apenas dos años y medio después de aquellos “gloriosos” momentos en que éramos heroínas a la vista de todos. Nada queda de aquello y nos encontramos en un momento crítico con muchos frentes abiertos: con nuestros propios pacientes, con la Administración e incluso con los otros miembros del equipo.

Empezando por los pacientes, a los cuales prestamos nuestros cuidados, y siguiendo en el mundo de las redes la campaña de acoso y faltas de respeto sin ningún tipo de pudor contra el personal sanitario… es bestial. Negacionistas, antivacunas y grupos de opinión afines haciendo caso omiso a lo que dice la ciencia, nos acusan e incluso insultan ante cualquier tipo de publicación que intente divulgar contenidos relativos a nuestras profesiones con la finalidad de ofrecer la educación sanitaria a la población. Esta agresividad se traslada a la calle y no han disminuido las agresiones, sino todo lo contrario. Existen multitud de compañeras que han sido y siguen siendo objeto de agresiones por los usuarios del sistema sanitario, cada vez más deteriorado, hasta el punto de que muchos afirman que la Atención Primaria está herida de muerte. Este tensionado del sistema y su repercusión en el empeoramiento de la calidad asistencial y el déficit de la atención de los pacientes repercute en una reacción en contra, a veces desproporcionada en forma de agresiones e insultos, que se vuelcan hacia quienes están enfrente, las enfermeras y el resto del personal sanitario. Por poner datos a la magnitud del problema, en el año 2020 se registraron 8.532 ataques, de acuerdo con el ‘Informe de agresiones a profesionales del Sistema Nacional de Salud 2019-2020’ mientras que en 2021 fueron 10.170, un 2,25% más, lo que supone la friolera de 28 agresiones al día.

Por otro lado, está nuestra situación dentro de un sistema sanitario con multitud de problemas que se han hecho cada vez más profundos, de las peores ratios de enfermera/paciente de Europa en base a un estudio recientemente presentado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España. En el mismo se recoge que en Europa es de 827, en España de 625, en Andalucía de 529 y en Sevilla, de 507. En resumen, España está por debajo de la media europea. A su vez, Andalucía se sitúa en los últimos puestos del país, sólo por detrás de Murcia y Galicia. Y por su parte, Sevilla está también por debajo de esa media andaluza, aunque, eso sí, no es la peor situada en la Comunidad donde Almería está a la cola (481) y Jaén, a la cabeza con una ratio de 611 enfermeras por cada 100.000 habitantes. En su conjunto, Sevilla ocuparía el cuarto puesto en Andalucía y el octavo a nivel nacional […].