Francisco Isaac de la Rosa Negrón
Centro de Salud de Santa Ana. Dos Hermanas. Sevilla.
Cuenta la leyenda que, en la mítica Troya, una generación anterior a la gran guerra que devendría, existía un joven príncipe de nombre Titono, el cual poseía una excelsa belleza que deciase era digna de los dioses, belleza que no pasó desapercibida para la más brillante de las estrellas, la diosa Aurora, que en cada amanecer volaba por toda la cúpula celeste anunciando la llegada del Sol, su hermano Helios. La diosa Aurora, se enamoró perdidamente de este mortal y le rogó a Zeus que concediera la inmortalidad a su deseado Titono, deseo que Zeus complació. Con el paso de los años, Titono fue envejeciendo y como era inmortal siguió y siguió arrugándose y encogiéndose hasta el punto de ser algo irreconocible, incomparable a la belleza que antaño poseía y es que Zeus concedió la inmortalidad, pero no la juventud eterna.
Aurora, horrorizada y deseando quitarse de en medio una criatura tan desagradable, encerró a Titono en una habitación eternamente, donde hasta el día de hoy, en cada amanecer, el príncipe troyano se lamenta de una vejez que nunca quiso. Cada vez que Titono siente los primeros rayos de Sol, imagina tiempos pasados y a Aurora volando por la cúpula celeste y llora desconsoladamente. Sus lágrimas regarán por toda la eternidad los campos de la tierra, formando el rocío del alba mientras anhela desesperadamente la muerte, que nunca llega.
El Síndrome de Titono es usado como ejemplificación de una serie de aspectos históricos y psicopatológicos que emanan de una percepción inadecuada del proceso de envejecimiento y los prejuicios que le acompañan, así como trastornos psicológicos y psiquiátricos como la gerascofobia y las actitudes y trato hacia la senectud (edadismo). Se elabora la patología orgánica del envejecimiento dentro del sistema físico y social en que se desenvuelve y sus consecuencias demográficas y económicas. Vislumbrando la evolución futura de estos procesos, se introducen los temas del “senicidio” y la eutanasia.
Si bien el mito nos podría servir para ejemplificar otros conceptos como el edadismo, ciñéndonos al concepto particular que nos atañe, la gerascofobia (γέρων – geron hombre viejo y φόβος – phobos, miedo) se define estrictamente como el miedo irracional a envejecer, obsesionarse por lo inevitable y es un problema con una complejidad mucho más profunda de lo que su definición podría sugerir […].